… ya no necesito
responderme, cada día,
la adolescente pregunta
de quien soy…
… desde que, Señor,
Contigo me encontré
soy la mesa compartida,
no importa con quien…
… soy tu dicha
en el beso,
en la cosecha,
en el canto…
… soy tu fracaso
en la bomba,
en la alambrada,
en la exclusión…
… soy tu futuro
en el perdón,
en el sueño,
en la semilla…
… Tú, en mi mesa,
disfrutas tu dicha,
asumes tu fracaso,
y alientas tu mañana…
“… ‘cuando des un banquete,
invita a los pobres,
a los lisiados,
a los paralíticos,
a los ciegos…’…” (Lucas 14,13)
(… la “rosa sin por qué” socializa con todos en la mesa compartida gracias a la gratuidad… con el Evangelio de hoy, San Lucas 14,1.12-14…)