Vives esperando, vives porque esperas

… vives esperando, vives porque esperas, ¡qué sería de ti si no lo hicieras!… la vida es espera abierta… la noche cerrada, es espera… la noche poblada de estrellas, es espera… y la aurora, es el anticipo cierto, inobjetable, de lo que esperas… es preanuncio, es certeza… ¡qué bella que es la aurora!… y, siendo tan hermosa y necesaria, para que amanezca tiene que dar un paso al costado… y pides que vuelva pronto cuando las noches se hacen largas y feas… pero dudas, ¡no puede ser que Dios así venga!, ¡no es posible que en estas cosas tan pequeñas se esconda el Señor de toda la tierra!… ¿Dios es un bebé que necesita pañales y lloriquea?… ¿Dios que camina como cualquiera, que come y bebe, que ríe y llora, que duerme y, también, reza?… ¿será verdad o hay que más esperar?… en el «silencio», aprende a “ver” y a «escuchar»… sin forzar nada, sin reclamar nada, sin aguardar esta o aquella respuesta… deja a un lado esa insistente fantasía o las expectativas de lo que sea… ¡no importa que tarde!… es verdad, deseabas que fuera ya, ya mismo… pero no es ya mismo porque es «mucho más»… eso tan grande no cabe en tu impaciencia ni en tu porfía por hacer… ama y desea, desea y espera, ¡llegó y ya llega!… la #rosasinporqué lee en los signos sencillos de la vida la presencia de la gratuidad, y no desespera… ¿sabes leer los signos de los tiempos y descubrir la presencia de Dios?, ¿buscas, investigas, estudias, preguntas, consultas, oras?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 11,2-11)…