Feliz quién no se escandaliza de la gratuidad

… feliz quién no se escandaliza de la gratuidad y persevera en ella… feliz quien sigue confiando en la paciencia que todo lo alcanza… feliz quien no deja de sonreír, de tender una mano, de dar un abrazo, sin esperar nada a cambio… feliz quien busca la sabiduría de los pequeños que no quieren saberlo todo sino tan solo contar con un amigo… feliz quien sabe esperar… ¿aguardabas otra cosa?, ¿tenías otras expectativas?… es claro no era ni es fácil aceptar, así no más, lo inaceptable del don sin más… ¿será que es necesario esperar más?… sin embargo: ¡feliz quien no se escandaliza!… tal vez de que el corazón humano sea a veces tan duro, de que Dios calle y sepa aguardar más que nosotros… si todo lo puede, ¿por qué no obra a la hora del dolor y del desconcierto?… y, sin embargo, es entonces la hora de la fecundidad y de la luz, la hora en la cual la noche deja de ser «noche» para abrirse a ese misterio de la aurora sin ocaso… no aguardes premios frondosos ni regalos con papel precioso o con lo que sea… aguarda, sí, otra cosa… deja a Dios ser Dios en el misterio de tu vida… deja que Él te regale y te sorprenda… no hallarás nada mejor… la #rosasinporqué sabe esperar sin escandalizarse por la demora, la gratuidad la dota de esa paciencia que todo lo alcanza… ¿te escandalizan las demoras?, ¿aprendiste a esperar con paciencia?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 17,10-13)…