Una enfermedad, un fracaso, una pérdida

… una enfermedad, un fracaso, una pérdida, una traición, un abandono… cuando se desata la tormenta y se te mete dentro (te atormentas), cuando experimentas que tu vida se hunde… entonces, se pone de manifiesto lo que realmente amas porque temes perderlo… “¿duermes, Señor?… ¿en qué brazos te acunaste de Niño que no conocen los nuestros?… parece ir todo al desastre y no te vemos despierto…”… y nos respondes: “si dejaran amarse cuando se encrespan los miedos y soltaran el lastre que los hunde, tan tercos, si dejaran arrullarse con el silbido del viento, y permitieran auparse cuando llega el mal tiempo… conocerían al Padre que no deja de verlos y en Su amor va a llevarles ‘dormidos’, a buen Puerto”… la “rosa sin porqué” confía siempre, no teme las tormentas, no se atormenta… ¿aprovechas las tormentas para darte cuenta quienes son valiosos para tu corazón y crecer en suave abandono?, ¿te atormentas seguido perdiendo la paz y la confianza?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 8,23-27)…