Toda vida encierra una misión

… toda vida encierra una misión, un camino a recorrer en servicio a los demás… ¡qué camino el de Pedro!… expropiado de sí mismo para servir a los hermanos… “… si a los pies de mi verdad te encuentro dispuesto como siervo para lavar mis vicios, ¿a qué vienen entonces esos juicios que hago de los otros y su intento?… si sabes, como sabes, que te niego y aún sigues llamándome tu amigo, ¿a qué viene mostrarme tan señero, si soy lo que soy, porque aún vienes conmigo?… si estás allí en la Cruz clavado y en silencio mientras voy por mi camino distraído, ¿a qué viene reclamar que no te veo cuando paso ante tu Cruz y no te miro?… si vienes hasta mí con tu consuelo, vencedor de la muerte y del abismo, ¿a qué sigo, entonces, con mi duelo, si estás para siempre eternamente Vivo?… si ahora me preguntas si te quiero, donde antes lo creía convencido, hoy sé que sólo titubearlo puedo apoyando en tu amor, mi amor herido”… la “rosa sin porqué” vive fuera de sí regalando la hermosura de la gratuidad… ¿has encontrado tu misión en la vida, en el mundo, en la Iglesia?, ¿la vives como un servicio o te sirves de los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 16,13-19)…