… tomar una decisión y mantenerse en ella, no es fanatismo sino convicción… si optas por la verdad, deja que ésta te encuentre y te abrace, y deshecha toda falsedad y mentira en tu vida… si optas por lo bueno, aléjate de toda malicia y maldad y no cedas ante la pegajosa mezquindad… si optas por la unidad, no fomentes malentendidos ni discordias, y respeta las diferencias y lo distinto… si optas por la belleza, enamórate de la sencillez y de la simplicidad y erradica lo grotesco de lo retorcido y rebuscado… tu corazón unificado, tu cerebro sano y tu espíritu orientado hacia lo alto, hacen de tu hacer y andar una armonía, una hermosa obra de arte, aunque vivas entre andurriales, atravieses mares encrespados y desiertos desolados… la falta de convicciones firmes te hacen un aparato aparatoso motivado con cualquier “zanahoria” que pongan en tus narices… los fanatismos son de los débiles, las convicciones de los fuertes, y la mediocridad de los que no se juegan y miran la vida pasar como si tal cosa… la #rosasinporqué opta decididamente por la gratuidad, no conoce ni los fanatismos ni la mediocridad… ¿cuáles son tus convicciones irrenunciables?, ¿te cuesta jugarte por una causa?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11,14-23)…