… ¿qué esperas al ser honesto?, ¿qué buscas por acatar las normas?, ¿qué aguardas por ser fiel a la ley de tu conciencia, por cumplir los mandamientos?… tomas decisiones que te llevan a vivir y a ser de una manera, ¿qué pretendes con las mismas?… sin lugar a dudas, deseas ser feliz, por eso haces lo que haces… y , ciertamente, deseas la felicidad no por un rato sino para siempre… recurres a catálogos y diccionarios de toda especie y color que te den respuestas, pero pocas veces aciertas… pretendes «fijarte» en esos lugares «indudables», establecidos, casi mecánicos, que todo responden… ¡almanaques y proyectos!… pretendes esas cuentas claras que todo embarullan… ¿dónde queda la ley verdadera, la ley del amor que no conoce fronteras?… estructuras, estructuras y estructuras… no buscas la luz, sino que persigues las sombras siniestras de los negocios que te seducen con su materialidad somnolienta y vana… valora los detalles, pero no seas detallista… no se trata de meramente cumplir sin cometer errores, sino de ser pleno en cada momento… muchos que cumplen con todo no son felices… es feliz quien es honesto consigo mismo y con los demás, porque es pleno… la #rosasinporqué no se obsesiona por cumplir hasta el detalle, sino que es plena en cada momento con la gratuidad… ¿eres honesto?, ¿buscas vivir en plenitud?… (con el Evangelio de hoy San Mateo 5,17-19)…