Si te encuentras con un hambriento, que tu mano comparta tu pan y no una moneda

… si te encuentras con un hambriento, que tu mano comparta tu pan y no una moneda… si un sediento se cruza en tu camino, llévalo hasta la fuente para que beba… si ves a un desnudo, descúbrete y cúbrelo con tu presencia… si ves lágrimas en algún rostro, ponte de rodillas porque son sagradas… si auscultas un corazón dolorido, detente y no digas nada tan solo acompaña… ejercicio del amigo y de la amiga de la rosa es descubrir, con gozo, la amplitud de la gratuidad… el camino del corazón es un descenso, que es ascenso, a la profundidad fecunda de los jardines interiores de los otros… los «ronquidos» de las fieras cercanas no han de turbar tu reposo ni tus pasos… porque hay en los caminos multitud de curiosos impertinentes que necesitan, a lo que parece, dominar un tanto o controlar otro tanto, el andar pacífico de cuantos pasan… tú no aceptes nunca funciones ni responsabilidades de espía o de algo así… opta, decididamente, por el ocultamiento y no profanes los caminos de nadie… perdona, ayuda con el corazón, con la mano abierta, y sigue sin desvíos tu dirección y tu bien… la #rosasinporqué comparte los jardines de las otras flores sin creerse más hermosa aunque lo sea… ¿sabes descubrir en la necesidad de tus hermanos algo más que la necesidad misma o sólo te detienes en ella?, ¿compartes cosas o te partes para compartir?… (con el Evangelio de hoy San Mateo 25,31-46)…