Superando ciertos límites descubres un horizonte más amplio y más profundo que se te ocultaba ayer

… superando ciertos límites descubres un horizonte más amplio y más profundo que se te ocultaba ayer… parece que las dimensiones son, en realidad, demasiado pequeñas, demasiado menudas… y las perspectivas se quiebran una y otra vez… es posible que una cierta timidez y, sobre todo la ignorancia, acaben por silenciar o esconder las sendas mayores de liberación y de vida nueva que vibran en el presente, aquí y ahora, fuera de los detenimientos que la mezquindad gesta con tanta frecuencia… más fecunda que una «lectura asidua e insistente», más urgente que las «copias» o las alarmas, es la sincera experiencia de la gratuidad que no se doblega ni se sujeta a ningún capricho o temor… si tu hermano peca o se equivoca, ¡no hagas ruido!… ¡calla y acércate a él con humildad, respeto y delicadeza y agota las posibilidad para ayudarlo!… si tu hermano no escucha o no quiere escuchar, invita a otro a orar juntos y allí el Señor se hará presente… si no pueden orar juntos ni en comunidad, ¡cállate la boca y reza por él para que se convierta!, jamás alacranees ni cuerees… la #rosasinporqué es tan delicada por la gratuidad que la hermosea que nunca se arroga el corregir publicitando el mal ajeno… ¿cómo te comportas cuando un hermano se equivoca o peca o hace daño?, ¿buscas en la oración el modo de acercarte para ayudar al hermano que se equivoca?… (con el Evangelio de hoy San Mateo 18,15-20)