Soñador, poeta y enamorado

… soñador, poeta y enamorado, no imaginarás nada… para que tu sueño sea el sueño de otro, para que tu poesía sea la respuesta a lo que vives, para que tu amor sea ofrenda al amado, a la amada, no gambetees la realidad refugiándote en la imaginación esquiva… enfrenta la realidad, acéptala y acépate, no degrades los sueños, la poesía, los amores… la “aceptación” es el comienzo de toda sanación… aprende a recibir y a admirarte… que lo que no alcanzas, siempre viene a ti en una noche, en una flor, en una mirada… la “aceptación”, el saber recibir, es el fundamento escondido que, a veces, se te escapa… mucho ruido distrae y te lleva a otra parte… tantas vueltas y revueltas, laberinteado en tu caprichosa ambición, te dejan extenuado, anodino, anónimo, insípido, incoloro, desflecado y desteñido… ya, desorientado, te lamentabas de no haber recolectado nada… pero para “aceptar”, para saber recibir, debes atender y callar, ser simple… la persona simple se concentra en lo esencial y no da lugar, aunque la reconozca, a “poca cosa”… “poca cosa” es eso, “poca cosa”, no más, no menos… la #rosasinporqué sabe recibir la aurora, anunciadora de amaneceres, y se dispone para la jornada con gratuidad, alegría y paz… ¿cómo recibes las cosas y a las personas?, ¿aceptas y te aceptas?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 12-15)…