¡Socórreme, Señor!

… “¡socórreme, Señor!”… pide y busca, humanidad incrédula llena de carencias, como el inspirar y el expirar… pedir te abre el corazón al don de Dios, en su surgir, en su crecer y en su sazón… buscar te activa entera para salir y encontrar el don que ya crece al ritmo y forma de lo humano… Dios sabe lo que necesitas, humanidad caída, y ya ha empezado a dártelo antes que se lo pidas y es mayor que todos tus sueños… en los trabajadores enmascarados, los laboratorios en silencio, las rutinas de servidores anónimos, la soledad intubada y muda, el vacío respetuoso de las calles, los templos llenos de ausencias, las cuatro paredes familiares, los entierros sin funeral ni llanto, las insomnes redes digitales, ya está creciendo un don impredecible desbordando oraciones y las previsiones de los sabios… ¿qué nueva humanidad se está gestando en esta tierra que gime su embarazo?… ¡no le pidamos a Dios impacientes que presione el vientre de la historia y acelere el parto!… ¡es tiempo de silencio servicial y expectante!, ¡es tiempo de súplica perseverante!… la #rosasinporqué sigue pidiendo con fe, la gratuidad la ha vuelto incansable en la súplica… ¿pides con fe el fin de esta pandemia?, ¿eres perseverante en tu oración?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 15,21-28)…