Sin duda aguardas respuestas sonoras

… sin duda aguardas respuestas sonoras… precisiones, infinitas aclaraciones, soñando con los resultados de no sé cuáles cálculos y cuestiones que se te presentan a diario y te sumen en el desconsuelo… y, feroz y amenazante, se alza el fantasma de tus débitos y obligaciones múltiples, ensombreciendo la esperanza… ¿qué decir?, ¿preguntaste a Dios y Él no te responde?… ¿Dios «habla» con la sonoridad de tu lógica y de tus cantidades, bien comparadas en las balanzas?… contempla, en el silencio, esa callada fuente que brota en tu corazón: no se expresa en lenguajes ni en gestos, aguarda y da… ¿qué da?… eso mismo… ¿qué es eso mismo?… ¿es un juego?… no, no es ese juego desacompasado y triste, sin respuestas… ¿qué da?, ¿qué te da?… te da a ti… mejor todavía te da Él mismo… te da la vida, te participa el Ser… porque Él, ¡en verdad!, ES… ¿es esta una respuesta?… depende de ti… si te sumerges en la realidad y en el misterio aprendes a ser libre y la respuesta brota de la vida… si te atreves a «escuchar» el silencio, el horizonte se despliega… escuchar el silencio, no «escucharte»… no confundirte con el barullo de afuera, ¡que tantas veces se introduce y te confunde!… ¿quieres respuesta?… atiende a lo esencial, deja ser el ser… la verdad te hace libre… la “rosa sin porqué” escucha el silencio y cada mañana regala el perfume de la gratuidad… ¿sabes escuchar desde el silencio, que es distinto a escuchar en silencio?, ¿es el silencio quien te acompaña para estar atento a la Palabra y a los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11,27-28)…