La capacidad de reconocer que todo en tu vida es don

… la capacidad de reconocer que todo en tu vida es don es una gracia muy grande… porque aún aquello que has conseguido con el sudor de tu frente, encierra un misterio de gratuidad… nada es gratis, pero todo es gracia… la ingratitud no sólo es miserable, sino que te hace despreciable… los engreídos y orgullosos son incapaces de agradecer, todo lo viven como algo que se les debe y ellos no deben nada a nadie… si agradecen, es maquillaje porque es socialmente correcto… recién te levantas, pero llegada la noche: ¿qué hay en tu corazón?, ¿inventario o gratitud?… ¿te ves despojado de obras y de méritos?… ¿crees que es importante almacenar títulos, recomendaciones, garantías y mil cosas más?… ¿cuántas personas se cruzarán en tu camino para saludarlas, para saludarte?… ¿muchas?, ¿ninguna?, ¿todas?… preguntas un tanto ridículas para los amigos de la rosa porque éste caminar no admite semejantes consideraciones cuánticas de la lógica pragmática… todo es de otra índole, sigue por otros parajes… deja las sumas y abandónate en lo pequeño, que es en verdad lo grande… la “rosa sin porqué” es agradecida y cada mañana canta la gratuidad con una fragancia que te enamora… ¿te reconoces agradecido o ingrato?, ¿ayudas con tus actitudes a que los demás sean agradecidos o les contagias tus demandas y quejas?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 17,11-19)…