Si tu corazón está abierto, ¿quedará tu Señor afuera?”

… “caminante peregrino”, vas de camino, portando una ermita pequeña… custodias el mayor de los secretos… lo más pequeño puede llevarte a lo más grande… porque te adentras en un misterio que abre siempre más tus perspectivas y supera cualquier deseo… ¡es el misterio y el secreto de la fidelidad a la oración pequeña!… hoy, una sola palabra, tal vez cargada de lágrimas, esas mismas que se derramaron en los pies del Señor, ¿por qué no?… una palabra puede ser hoy “la” Palabra…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, entra y no quedes fuera… abre las puertas y regocijarte por Su Presencia en tu casa… ¡en tu casa!… donde Él tiene sus delicias en estar en y contigo… ¡oración pequeña, cargada de silencio!… en medio del desierto… en medio de la vida… en medio de una peregrinación que no conoce confines… una palabra puede ser hoy “la” Palabra…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, abres la puerta de tu corazón, de tu casa, de tu ermita interior… si el corazón está abierto ¿quedará tu Señor afuera?… vacía, pues, la casa… y ábrela… ya que Él llama, está a la puerta y llama… y nada ni nadie puede apartarte de Él… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 13,31-35: “… la casa les quedará vacía… ”)…