… si pretendes mucho, obtienes poco, si lamentas las ausencias se vuelven éstas más lejanas… valora lo que siempre está en tu corazón, porque ese es el perpetuo respirar de tu vida, donde nada se pierde porque todo, y mil veces todo, se halla en el Corazón de tu Señor… las circunstancias exteriores pueden parecer abrumadoras y dañar los mejores entusiasmos, sin embargo los caminos exteriores no tienen la importancia que les atribuyes… las equivocaciones y los errores no te impiden llegar a destino… todo lo que acontece puede servirte para arribar por fin a una meta trascendente, que supera los límites de la expresión, del lenguaje, de las ilusiones, de los consensos, de lo que se dice… si erraste ayer, ¡no importa!… encamínate hoy, de nuevo, hacia las metas más altas… supera, entonces, tiempos, espacios y lugares… ya te encuentras más allá, estás dónde amas, estás donde sirves… ¡recuerda!, estás más allá… que tu vida sea un servicio, y deja de lado esa murmuración de tu ego que reclama consideraciones y primeros puestos… la #rosasinporqué dedica su vida a servir al bien de los demás desde la gratuidad… ¿cuál es la meta de tu vida?, ¿te consideras un servidor de los demás?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 20, 17-28)…