Todo el sentido se descubre cuando «asumes» en la gratuidad

… todo el sentido se descubre cuando «asumes» en la gratuidad, porque ella vive en ti y gesta en ti su obra, porque tú ¡estás en ella!… asumir, en verdad, el dolor y todos los pasos de tu vida como plenos de sentido, aunque no alcances a percibirlo o a comprenderlo… dejar que gratuidad sea ¡gratuidad!… no sospechas la profundidad que se abre en tu alma y la proyección de tu vida que es capaz de dar, de sufrir, de sentir lo que no siempre estás en condiciones de reconocer… muchas veces te parece que no oras, que tu oración no existe o que andas seco y perdido, distraído en horas sin destino… y es que has olvidado la presencia de lo que no se mide, has olvidado lo que te supera, no aciertas a ver en la transparencia del «secreto inefable» que es tu morada… en suma, no guardas nada en archivos… en realidad vives en el corazón de la gratuidad, y esto no puede definirse… sólo a través, y por la experiencia de la compasión y de la misericordia, logras sobrepasar esos límites que te atenazan y te conducen a dudar de la fecundidad de los pasos de ayer y de hoy… la #rosasinporqué es respuesta a la escasez de gratuidad, e invita con su belleza a no dejarse vencer por la abundancia de ingratitud… ¿te dejas vencer por la escasez de recursos y medios o encuentras la oportunidad para confiar más y mejor?, ¿vives en la mudez de la ingratitud o recuperas la palabra en la acción de gracias?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 9,32-38)…