… a pesar de los vaivenes y de las dificultades… buscas, sigues buscando, sabiendo muy bien que ya has encontrado… es una sorpresa, un desafío… porque, en efecto, has encontrado cuando dejas que, en ti mismo, allí o aquí mismo en el fondo y secreto escondido, sólo la gratuidad sea gratuidad… el amigo y la amiga de la rosa no clama por maestros y por sendas o «cosas» que lo guarden o protejan, que le proporcionen esa seguridad que, en el mundo de hoy, se tiene por muy importante… clamas, sí, pretendiendo un calificativo que te «identifique» en «lugares» que son, en realidad, inferiores o más pequeños que ti mismo… sin embargo tu vocación, el llamado, te levanta más alto que cualquier lugar o tiempo… ¿de qué manera?… sin modo ni manera, en el «secreto» del Padre, en el Corazón de Dios… ¿quieres «manuales» que te introduzcan donde ya estás?, ¿no te conforma eso que recibes a diario, a cada instante?… ¡déjate encontrar!, ¡abre el corazón!… cuando la gratuidad te llama no da “detalles”… la #rosasinporqué se deja encontrar cada mañana por la gratuidad y acepta la llamada a despertar a la acción de gracias… ¿te dejas encontrar o te escondes atrás de mil preguntas?, ¿pides detalles cuando eres llamado poniendo en evidencia que no te importa tanto Quién te llama sino para qué?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 10,1-7)…