Semilla, no reniegues de la tierra que te cubre, del útero que te abraza, es tu oportunidad de una vida nueva

… semilla, no reniegues de la tierra que te cubre, del útero que te abraza, es tu oportunidad de una vida nueva… aunque nadie vea en ti esperanza alguna, ¡tan insignificante te presentas!, eres el mañana en dorada espiga de los campos y cocido pan en las mesas… si hoy no ves el resplandor, no calles la luz ni las estrellas, abrázate al sol que brilla ya y no temas, ni ahora, ni nunca… las sombras no quieren la luz… déjate levantar por Aquél a Quien perteneces… estás en las manos de los hombres porque Dios te ha puesto en ellas… deja que luzca su Presencia y su Luz, aún en la fragilidad de quien te siembra y se preocupa de tus primeros brotes… ábrete a la vida, no te resistas, no reniegues del útero que te abraza… ¡ábrete, pues, sin más dilaciones!… no reincidas en dudas, no quieras probar nada… las «demostraciones» no son necesarias, incluso no convienen… ¡ábrete con sencillez!, y no temas… enciende el fuego y goza de su luz…sólo esto es posible en el corazón que gime y clama agradecido… no dejes de clamar ni de gemir… llora y suplica, en suma: ¡ora sin cesar!… la #rosasinporqué no reniega de la tierra en que hunde sus raíces, gracias a ella la gratuidad la embellece con pétalos… ¿dónde se encuentran tus raíces?, ¿soportas con paciencia los tiempos y los procesos de la siembra?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 13,18-23)…