Con renovada confianza festejamos

… con renovada confianza festejamos un momento trascendental de nuestra historia que aún debemos asumir… independencia no es autonomía… independencia implica dejar de ser habitantes súbditos para ser ciudadanos comprometidos, supone prudencia para gobernar, honestidad para convivir, austeridad para compartir y justicia para construir en paz… y sobre todo implica sabiduría… a pesar de la exigencia de la hora presente y de la terrible proximidad de quienes no saben, ni podrán saber, tenemos confianza porque la sabiduría es silenciosa y poderosa… no se entrega a cualquier pasante ni a cualquier curioso… la sabiduría es discreción, pudor y silencio… nos topamos demasiado seguido con quienes saben muy poco y creen saber muchísimo… y nos duele la presencia de mediocres que llenan el aire, los aires, de sandeces e impertinencias… parece que el hombre necesita dominar y someter, de lo contrario se tiene por un infeliz… aquél que cree «saber» es, casi siempre, un peligroso ignorante y aquél que cree “poder” todo, un peligroso necio… “Señor, ensénanos la sabiduría de la humildad, del servicio y de la alegría”… la “rosa sin porqué” es hermosa por su humildad y sabia por su gratuita servicialidad… ¿eres sólo un habitante de esta tierra bendita o te sabes un ciudadano responsable?, ¿sirves a la Patria con tu vida honesta y entregada a los tuyos o te sirves de ella y de ellos?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,39-47)…