Todo el estruendo de un mundo hueco

… todo el estruendo de un mundo hueco y vano no llega a destino sin invitación previa… el arma más eficaz contra el mal es la compasión… en efecto, es esto lo que convierte toda guerra en paz… el enojo, la ira, las vindictas, todo eso es falso, engañoso, carente de resultado, infecundo y vano (por otra parte siempre acaba mal)… la compasión, en cambio, es modo divino… el compasivo imita a Dios Padre, todo el secreto está ahí: la paciencia se fortalece y alimenta de compasión, que es la única verdad, porque Dios se compadece de todos y a todos quiere salvar… se dirá por cuál razón la injusticia triunfa con tanta frecuencia o el cinismo no halla tope o castigo… es claro que viendo las cosas desde ellas mismas esto parece ser así… pero vistas desde lo Alto, en otra perspectiva, cuando no necesitas reivindicaciones de ningún tipo, el cuadro ya es diferente… “Señor, en el pastoreo firme de tu tierna mano conocí del lobo, la quebrada y el pasto; conocí del salteador y del pastor asalariado… pero lo que más conocí es de tu hermoso trato: de ponerte a la puerta sin clausurar el paso y llamar a salir tras el amor que no es extraño; de pastorear en libertad confiando en el rebaño, y ponerte Tú detrás cuando ves que es necesario; de invitar a entrar por ti para salir y estar a salvo y enseñar que el Buen Amor vino a darnos Vida y la abundancia es su rasgo…”… la “rosa sin porqué” no acepta el mal sino que lo perdona, no lo festeja sino que lo padece… ¿qué haces frente al mal en ti y en los demás?, ¿desconfías de la compasión porque sospechas que es blandura?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 10,16-23)…