¡Regalo enorme, éste de la gratuidad en la “rosa sin porqué”!

… ¡regalo enorme, éste de la gratuidad en la “rosa sin porqué”!… como todo don, como todo regalo, como toda gracia, se recibe… no se compra, no se conquista… se pide, se mendiga… pero, ¿cómo pedir algo que aún no conoces?… pides alegría, pero buscas diversión… pides paz, pero quieres que te dejen en paz… pides justicia, pero eres injusto e irrespetuoso… pides amor y amar, pero te limitas a lo que a ti te gusta… estas confusiones te desvían… ¡es que ya no eres niño!… has renunciado a ser pequeño, ya no te contentas con lo que cabe en tus ¡dos pequeñas manos!… ¡venga, pues, la “rosa sin porqué” en tu auxilio, porque te has hecho grande… nada es insuficiente, lo poco ofrecido alcanza, sacia y hasta sobra… la #rosasinporqué ofrece cada mañana sus “cinco panes y dos pescados” y lo insuficiente alcanza y sobra por la gratuidad… ¿en qué consiste lo insuficiente en tu vida que no te sacias?, ¿ofreces lo poco que eres y tienes o piensas que no alcanza?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 6,1-15)…