¿Quién eres? Esto lo preguntas siempre y no hallas respuesta que te conforme

… ¿quién eres?… esto lo preguntas siempre y no hallas respuesta que te conforme… te interrogas acerca del “sentido”, de lo más profundo, de esa vida que, a veces, parece escapar de tus manos y de cualquier medida o modo que intentas para “comprender”, sí, para comprender… en un cierto sentido, has de escapar de tu propia comprensión, si ésta se diera ahora mismo o alguna vez… no puedes encerrar en tus categorías lo que las excede… ¡tú eres más!… no puedes abarcar con tu razón lo que está por encima de ella, ¡porque tú eres más!… no podrás medir ni determinar esa vida ¡que tanto te aflige!, ¡porque tú eres más!, ¡y tanto más!… no comprendas encerrando, midiendo y razonando… deja advenir, deja llegar, acoge una y otra vez… ¿quién eres?… el tú de quien te ama… ¡vuélvete, entonces, un enamorado!… “Señor, cuánto esperas con paciencia la impaciencia con que voy detrás de cosas que no llegan, confiando que al final daré la vuelta hasta encontrar que lo buscado estaba cerca… estabas aquí, sentado, no allá afuera… estabas así, soñando, que al despertar lo viera… estabas en mi, esperando, que a amar me atreviera…”… la “rosa sin porqué” sabe que no es dueña de nada, sino servidora enamorada de la gratuidad… ¿quién eres?, ¿te sabes un servidor de los demás o te la das de dueño y patrón?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 23,1-12)…