¿Es tu deseo «ir» más rápido para llegar antes?

… ¿es tu deseo “ir” más rápido para llegar antes?… ¿adónde?, ¿tan «rápido»?… supones que es cuestión de añadir una cosa sobre otra… ganar más, hacer más, lograr más… necesitas esas «manifestaciones», siempre exteriores a ti, que te den, que te proporcionen una certeza que tu corazón no alcanza y se fatiga por conquistar… no aspires a ninguna calificación, ni a ninguna definición… tampoco te esfuerces por adquirir la categoría que sea… simplemente vive: la vida es calidad, no cantidad… vive sin la libreta de calificaciones, que para salvarte no te sirve… “… no pudiste, Señor, encontrar mejor manera para mostrar tu vida por nosotros desquiciada, que hacer de nuestra carne tu bandera e izar tu rendición enarbolada… no pudiste, Señor, abrir mejor la puerta para mostrar que nos quieres en tu Casa, que unir a tus brazos su madera y ponerla de par en par como el que abraza… no pudiste, Señor, quedarte fuera de esta vida que es la nuestra y agitada, sin tender tu tienda en nuestra tierra y enseñarnos en tu amor a sosegarla… no pudiste, Señor, y mejor que así lo fuera, dejar de salvar lo que creabas en el misterio de tu amor que lo recrea, para el que nunca es imposible nada…”… la “rosa sin porqué” no necesita acreditar nada para ser reconocida, solo abrirse en gratuidad cada mañana… ¿vives pendiente de salvarte con las cosas que haces o te dejas salvar por el amor que se te tiene?, ¿puedes superar la tentación de la cantidad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 13,22-30)…