… “¿Quién eres?… ¿puede alguien conocerte por sólo tu Nombre?… ¿habrá que encontrarte, vivir Contigo y seguirte para tener una respuesta?…”… en las cosas del amor no alcanza con saber, es que la inteligencia apenas atisba lo que el corazón descubre y comprende… le pondré el nombre de Jesús al milagro de comenzar un nuevo día… llamaré Jesús a lo que por mis manos pase y un corazón alivie o despierte una sonrisa… nombraré Jesús al misterio de sentarme a la mesa y compartir con otros el Pan de amor hecho comida… será Jesús a lo que en mi corazón se cargue del dolor y la esperanza de los que a Ti se te confían… deletrearé Jesús al buen humor con que, aún sin fuerzas, me levante y contagie la alegría… le pondré el nombre de Jesús a la mano que me tome para hacerme pasar por donde nadie confía y se anima… la “rosa sin porqué” se llama gratuidad y sólo los que aman la pueden conocer… ¿conoces a Jesús por lo que de Él te han dicho, por una imagen que decora tu pared o por la cruz que cargas cada día?, ¿conoces con la mente o con el corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 9,18-24)…