La esperanza se deja tocar, le gusta ser tocada

18jun… la esperanza se deja tocar, le gusta ser tocada… no es arisca, ni intangible… siempre que te abres a un “más de vida”, a un estar más vivo, a una respuesta más viva a la vida que llevas, tocas la esperanza… a la esperanza se la toca con la mano abierta hacia arriba, porque es precisamente un don que se recibe de lo alto… la mano vuelta hacia arriba y abierta, tiene que confiar que aquello que recibe o va a recibir, encierra una esperanza… por eso, no hay que apresurarse a sacudir ni cerrar la mano, antes de tiempo, a lo que es o puede ser puesto en ella, aunque parezca duro, ya que las cosas duras mientras sigan siendo llevadas con la mano abierta hacia lo alto, terminan por abrirse a la esperanza… sosteniendo la dureza que fue puesta en tus manos, sientes que la vida se te pierde, se te escurre y, sin embargo, solo así, es salvada… porque en aquello duro, lleva anclada la esperanza que la salva… la mano, en cambio, que se cierra pretendiendo salvar lo poco de vida que siente en ella, al cerrarse, cierra la posibilidad de recibir lo que ella misma no puede darse, y así, lo duro que lleva, se vuelve sin sentido, absurdo, hermético… la “rosa sin porqué” es como una mano abierta hacia arriba, confía y espera… ¿cómo tienes tus manos ante el misterio de la vida?, ¿te preocupas e inquitas por retener lo que tus pobres manos apenas logran retener?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 6,24-34)…