Qué semejanza encuentras

¿Qué semejanza encuentras
para allanar todas las distancias,
superar todos los tiempos,
y estrenar cada momento
eso que llamamos “amistad”?

Semejanza,
amigo mío y amiga mía,
que a Mí me abaja
y a ustedes los eleva,
para que el abrazo no muera.

Semejanza,
que no licúa ni nivela,
que la gratuidad vincula
en una caricia del alma,
con una esencial fragancia.

Semejanza,
que no esclaviza ni domina,
que da alas al corazón
horizonte a las miradas,
y sinceridad a las palabras.

Semejanza,
que no juzga ni condena,
que corrige con paciencia,
que comprende y espera,
siempre dispuesta a la fiesta.

Semejanza,
que no convierte al otro
en una posesión, en una cosa,
en un trofeo que se ostenta,
en una medalla que se cuelga.

Semejanza,
si, semejanza, por eso
“ya no los llamo siervos sino amigos”
desde aquella Cena
que Conmigo se alimentan.
“En los amores perfectos
una ley se requería
que se haga semejante
el Amante a quien quería”
(San Juan de la Cruz)

“… y (Jesús) señalando con la mano
a sus discípulos, agregó:
‘estos son mi madre
y mis hermanos’…”…
… ¡y mis amigos!…

(… la #rosasinporque saluda a todos sus amigos en la gratuidad… con el Evangelio de hoy, San Mateo 12,46-50…)