…¿qué luz es esta que no encandila?, ¿qué luz es esta que traspasada y que sombras no conoce ni las deja?, ¿qué luz es esta que por dentro ilumina?… es la luz del amor gratuito que se entrega y no domina, ni encadena, ni humilla… ¡ilumíname luz de amor que sin Ti todo es oscuridad, noche cerrada, ausencia de esperanza!… como ánfora de barro mi corazón se llena de esta Luz cada día… cada día que pasa, más y más, Tú te adueñas de mi frágil vasija dándome desde adentro tu luminosa Vida…. mi voz, tan quebradiza, atalaya tu Palabra… estoy marcado en medio del alma por tus manos, Alfarero tan íntimo, arcilla de los arroyos que con melodiosos cantares me salpican… ¡qué frágil es mi barro para que Tú lo mires!, ¡qué fuerte tu ternura para que no me raje ni haga triza!… ¡cómo sabes amarme sin que yo me quiebre y haga añicos!… Tú me has cocido para tenerte con tu Luz adentro… hasta los bordes de mi arcilla pequeña, Señor, ¡ilumíname cada aurora con tu luz infinita!, ¡báñame con esa luz de amor que todo purifica!… que no quede ni un hueco de mí mismo jamás para otra sed distinta de la tuya, divino Amante y Amado y Amigo… que no me avergüenzo de mi barro perfumado, ya que Tú me amas tanto, sin medida, sin yo saberlo… la #rosasinporqué es iluminada por la luz del amor gratuito, así ilumina sin encandilar ni humillar… ¿vives en la luz o en las tinieblas?, ¿iluminas con la luz del amor que no encandila ni humilla?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 3,16-21)…