… ¿qué culpa tienen, los inocentes,
que los culpables los castigamos
recién gestados o recién nacidos?…
… no pueden, si quiera,
escuchar las palabras esenciales
que generan la existencia:
hijo, hija, papá, mamá,
hermano, hermana…
… la esterilidad del mundo rico
cierra vientres maternales
a vidas nuevas
que puedan arañar
su confort anestesiado…
… la impotencia de los poderosos
cercenan los brotes de esperanza
en vidas nuevas
que puedan desplazar
su ambición descontrolada…
… ¿qué culpa tienen, los inocentes,
que vienen a la existencia como un don
y son desechados como intrusos y culpables?…
… María, Juan, Marcos, Florencia,
Patricia, José, Graciela, Ana,
Sebastián, Pablo, Claudia…
… ¿dónde están?…
-“Niño, recién nacido,
¿qué hace ese cordero junto a Ti?,
¿es premonición?, ¿es profecía?”
(… la “rosa sin porqué” llora cuando los brotes de gratuidad son arrancados… con el Evangelio de hoy, San Mateo 2,13-18…)