Pretendías una solución definitiva, que te procurara esa «paz» difícil de alcanzar

… pretendías una solución definitiva, que te procurara esa «paz» difícil de alcanzar… lo que observas, lo que te rodea, es -así lo juzgas- inadmisible, inaceptable… ¡una suerte de indignación invade hoy a quienes aguardan al menos el «ejercicio» del «sentido común» en los sucesos cotidianos!… lo que se aguarda no sólo no llega: aparecen cosas peores que te asaltan y mortifican… ¿entonces qué?… el camino de la salvación y de la sabiduría, el camino de la «elevación», adonde estás permanentemente llamado, pasa por Getsemaní (amor ofrecido) y por el Calvario (amor consumado)… cada vez que lo inaceptable, lo inadmisible, presenta sus «perfiles» en tus horas… cada vez que no ves ni solución ni respuesta, ¡se levanta el velo del secreto incomparable, indecible, con la invitación a amar sin más de más!… sí, a pesar de todo, a pesar de tu debilidad y del pecado… a pesar de lo que sea… a pesar de no haber logrado edificar, en éste desierto en que vives, ¡ese “jardín”! de tus sueños, después de todo ya débil sospecha del Paraíso que se te dará en sobreabundancia en el «tiempo de Dios»… la #rosasinporqué reconoce que la salva no su belleza sino la gratuidad que la hace bella… ¿reconoces con humildad que no te salvan tus obras sino que eres salvado por la disposición a vivir amando sin más de más?, ¿te aferras a cosas que impiden esa disposición a dejar que el amor lo sea todo?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 10,17-27)…