Preparar las cosas con anticipación

Preparar las cosas con anticipación
es mucho más que responsabilidad,
es atención delicada porque enamorada.

Prepara el labriego la tierra
para que las lágrimas de la siembra
se vuelvan canciones en la cosecha.

Prepara el carpintero la madera
para que en el prolijo cepillar
la rugosidad deje paso a la suavidad.

Preparan las madres las comidas
calculando el demás inesperado
que los hijos aguardan en la mesa.

Prepara la novia el encuentro,
se prepara el novio para la visita,
sabiendo la importancia del momento.

Preparamos, Señor, tu Venida,
viviendo atentos los unos de los otros,
sin dobleces, con humildad, alegría y paz.

(… la “rosa sin porqué” vive preparada con la gratuidad, por eso no le inquita lo que sobrevendrá… con el Evangelio de hoy, San Mateo 24,42-51…)