Existe una palabra

¿Existe una palabra
que exprese en sí misma,
y que sea lengua universal,
la tristeza y la alegría?

¿Será divina o angelical,
a algunos tan solo reservada?
¿Será de la condición humana
no sujeta al tiempo ni a las razas?

Nostalgias.
Desazón.
Soledades.
Y lágrimas.

Esperanzas.
Sueños.
Compañías,
Y lágrimas.

No lloran los dioses,
no entienden los ángeles.
pero, nosotros, los hombres
no somos humanos si no lloramos.

Lágrimas en los niños.
Lágrimas en los jóvenes.
Lágrimas en los adultos.
Lágrimas en los mayores.

En los triunfos y en los fracasos.
En las victorias y en las derrotas.
En las bienvenidas y en las despedidas.
En la vida y en la muerte: ¡lágrimas!

Diamantes.
Sagradas.
Íntimas.
Lágrimas.

Sólo quien llora
comprende el nosotros,
empatiza, se conmueve.
Lágrimas.

Lágrimas que lloran.
Lágrimas que ríen.
Lágrimas que rezan.
Simplemente, ¡lágrimas!

(… la “rosa sin porqué” valora el lenguaje de las lágrimas que le permite comunicarse con todos desde la gratuidad… en homenaje a “las lágrimas de Santa Mónica por su hijo San Agustín… el Evangelio de hoy, San Mateo 25,1-13…)