Pobres ojos cieguitos

… “pobres ojos cieguitos,
pobres almas cieguitas,
pasan junto a las flores
¡y no las ven”…

(José María Pemán)

… ciegos, guías ciegos,
egoístas y soberbios,
corruptores sistémicos,
en la política y en lo religioso,
cínicos impermeables a todo…

… vivir y convivir,
poseer y compartir,
amar y ser amado,
perdonar y ser perdonado,
comprender y ser comprendido…

… bajo las hojas secas,
no hay trampas ni violencia
para el paso confiado.
¡solo explota la vida
en las semillas enterradas!…

… en la curva de los senderos
no hay redes al acecho
para los encuentros deseados,
sino intimidades sin explorar
que besan la existencia…

… en la punta de los árboles
no hay huida hacia lo alto
para fantasías y evasiones,
sino tierra que sube al cielo
en búsqueda de horizontes …

… en los brazos extendidos
no hay lanzas amenazantes
que violentan y matan,
sino gratuidad amiga
que abraza e invita a una danza…

“… ¡fariseo ciego!;
limpia primero la copa por dentro,
y así también quedará limpia por fuera…”
(Mateo 23,26)…

(… la “rosa sin porqué” usa el colirio de la gratuidad y siempre ve más… con el Evangelio de hoy, San Mateo 23,23-26*…)