Pide, busca y llama, que lo otro asegurado no depende de ti

… “caminante peregrino”, a pesar de la tentación y de la duda… a pesar de la impresión de «perder el tiempo»… la actitud primera, la más fecunda en el orante… parte del silencio y de la atención… es receptividad, acogida y abandono, siempre en la fe… con la conciencia de la Presencia que no desaparece jamás…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, es posible que no veas más allá… no interesa tanto esto cuanto la sencillez de la apertura fecunda de tu corazón… es preciso que regales a Dios aún lo que tienes por “inútil”… es preciso que calles aunque no resuenen los ecos soñados… ¿qué son esos «ecos»?… la Ausencia aparente encierra un maravilloso secreto, que es la plenitud de una Presencia inefable… ¡confía y sigue, pues, de camino!… ¡y acoge el Don de Dios!…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, el Espíritu ora en ti y te regala Su paz… todo es “ahora”… la oración es “ya”, no es mañana, ¡es ahora!… el silencio siempre está y el corazón ora si tú así lo deseas… pide, busca y llama, que lo otro asegurado no depende de ti… ¿acaso no confías?… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 11,5,13: “… el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre… ”)…