… a pesar de los vaivenes y de las dificultades, buscas, sigues buscando… sabiendo muy bien que ya has encontrado… esto es levantar tu vida sobre la roca de la fe… y es una sorpresa, y un desafío… porque, en efecto, has encontrado cuando dejaste que, en ti mismo, allí o aquí mismo en el fondo y secreto escondido, sólo Dios sea Dios… algunos claman por maestros y por sendas o «cosas» que los guarden o protejan, que les proporcionen esa seguridad que, en el mundo de hoy, se tiene por muy importante… claman, sí, pretendiendo un calificativo que los «identifique» en «lugares» que son, en realidad, inferiores o más pequeños que ellos mismos… sin embargo la gratuidad te levanta más alto que cualquier lugar o tiempo… ¿de qué manera?… sin modo ni manera, en el «secreto» del Padre, en el Corazón de Dios… ¿quieres «manuales» que te introduzcan donde ya estás?, ¿no te conforma eso que recibes a diario, a cada instante?… ¡déjate levantar en ese «vuelo» de la plegaria que no tiene determinaciones!… ¡abre el corazón!, que amanece… la “rosa sin porqué” es inconmovible porque está asentada sobre la roca de la gratuidad… ¿te quedas en palabras hueras sin llegar a vivirlas o a encarnarlas?, ¿piensas que la roca es el hacer y no el suave abandono?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 7,21.24-27)…