¿Qué es lo que ves en este «mundo» circundante?

… ¿qué es lo que ves en este «mundo» circundante?… en realidad: poco y nada… hay dos dimensiones: una primera, las «cáscaras»… y otra detrás, las «desilusiones»… las coberturas sombrías son las que «aparentemente» te tocan… las segundas, las tristezas, son las consecuencias de prestar atención a las primeras… muchos son los parajes que atraviesa el amigo y la amiga de la rosa… ¿quién puede sospechar tantos derroteros, aquí y allá?… pero hay un camino, camino único, que no se puede señalar jamás en las cartas geográficas, ni en los planos, ni en la imaginación… y por él vienes andando desde hace mucho tiempo, y no “cualquier” tiempo, al antojo del reloj o del almanaque… ¡ah, profundidad inmensa!… el “desasimiento” te abre a lo inefable… no te aferres a lo que caerá mañana ni te dejes arrastrar por la porfía de este mundo… ¡no importa la zona que ahora atraviesas!… puede ser cualquiera, más da… déjala pasando sobre ella y más allá de ella… déjala, trascendiendo los infinitos accidentes de la historia desde la hondura de tu corazón… lo “infinito” está hacia adentro, ¿no lo ves?, no es extensión ni sabe de medidas… si “dejas”: ¡amanece!… aguarda la aurora que ya quiebra las sombras más densas de la noche… has aprendido a ver en la noche oscura: fortalécete en la esperanza, que ya llega la hora… la “rosa sin porqué” aprendió a ver desde la gratuidad y todo lo aprovecha para bien… ¿eres capaz de ver más allá y más acá agradeciendo siempre?, ¿abres los ojos interiores para ver más hondo o te quedas con la mirada superficial?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 9,27-31)…