A pesar del tiempo y del espacio, a pesar de los fantasmas y, quizá, de los engaños que tu misma porfía engendra

… a pesar del tiempo y del espacio, a pesar de los fantasmas y, quizá, de los engaños que tu misma porfía engendra… a pesar de lo que sea, sigue el camino del corazón que toda valla y toda frontera atraviesa… sólo el silencio te entrega la palabra, la palabra que, de otro modo, no llega… la palabra que no haya cabida en las estructuras tan vacías del ruido de la época… camino del corazón a… por el silencio que todo lo dice, que todo lo expresa, que todo lo canta, que todo lo recibe… silencio que es perpetua sonrisa, silencio que sabe de lágrimas también de dicha, silencio que te llama y te eleva… en pos de la vida nueva que cada día te engendra, aunque no percibas su presencia… es muy bello saberte de camino «más allá»… mirar el cielo con confianza porque, en realidad, está aquí, en tu alma… a pesar de lo que parezca no estás lejos… algún día te asombrarás, ¡tanto!, al comprobar que estabas demasiado cerca… por eso, despréndete de cuanto te aprisiona… con confianza, ¡suéltate!… que si tanto y mucho te aferras quedarás irremisiblemente atado sin pasar la frontera… ¿pasar la frontera?, ¿no será que ya estás del «otro lado» y no acabas de darte cuenta?… la #rosasinporqué se pone prontamente en camino para servir gratuitamente con su belleza… ¿das vueltas, te demoras para ponerte en el camino del servicio?, ¿puedes caminar en silencio haciendo del camino una oración del corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,39-45)…