… a pesar de cualquier distancia, la gratuidad salta por encima de todo límite y te lleva adonde tu corazón prefiere… redescubre tu jardín interior y el silencio orante para trascender, a cada paso, las fronteras que se levantan y que parece que te obligan a no volar ni soñar… vuelve al corazón y descubre esa «apertura» escondida que no se deja conquistar al primer intento… ¡el cielo está abierto y no lo adviertes!… es hora de descender al corazón para conquistar esas alturas insospechadas que tanto ansía tu alma… el camino puede parecer arduo y demasiado largo… es de “aquellas cosas” que no acaban, por lo menos así lo experimentas a veces… pero la “mirada agradecida”, que descubre profundidades cada vez más inauditas, abre espacios insospechados y renueva la búsqueda, porque nada hay sin profundidad… el paso no se cierra, tu perseverancia lo abre… es preciso que insistas y con coraje… la #rosasinporqué abre gratuitamente sus pétalos al cielo, sin que sus raíces dejen el suelo… ¿sabías que la única manera que tus pies pisen el suelo es que tus ojos están vueltos al cielo?, ¿asciendes descendiendo a las alturas de la humidad o asciendes ascendiendo a la bajeza de la soberbia?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 28,16-20)…