… no siempre te hallas en los lugares que supones… haciendo camino te das cuenta de que vas “más allá” de tus pasos, que tus «rutas» se suceden no unas después de otras sino en distintos niveles… sin advertirlo mucho, trasciendes tus «situaciones» y, tantas veces, en un instante, pasas ¡”más allá”!… ¡tu vida es un incesante regalo!… sólo Dios labra en verdad la realidad, lo profundo… pero no como quien talla porque sí una estatua ni su destino, sino como quien se empeña y compromete en la obra que nunca puede serle extraña o ajena… supera, pues, el «lugar» aparente despegándote de toda apariencia… sábete siempre “más allá” de ilusiones, “más allá” de mil cosas… la clave es no identificarte con ellas, estar no en ellas sino “cabe ellas”… no puedes ser sometido o esclavizado por ninguna instancia, siempre estarás “más allá”, aún de lo que más crees amar… el «lugar verdadero» es secreto, como aquella habitación secreta que se te prepara “más allá”… la #rosasinporqué siempre está “más allá”, porque en el “más acá” vive de solo la gratuidad… ¿eres capaz de vivir el «secreto», ese mismo que se renueva, aparece y desaparece de mil modos, pues es don que te trasciende?, ¿estás ubicado en la gratuidad o desubicado en la mezquindad?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 14,1-6)…