… no quieras “convencer” a Dios… la búsqueda de instancias o de intermediarios diversos puede sepultarte en ilusiones que no son otra cosa que el resultado de ambiciones muy bien disfrazadas… es habitual que digas: “voy a rezar para ‘obtener’ tal o cual cosa”… pero la oración no consiste en «lograr» nada y, mucho menos en trazar «planes» para lo que sea… menos aun hacerle la agenda a Dios o decirle lo que tiene que hacer… la fuerza del amigo y de la amiga de la rosa está en la «gratuidad” y en la alegre fidelidad al “momento presente”, sea que esté soleado o nublado y con tormentas… esto es un don inapreciable e «irrepetible», el vivir en permanente “acción de gracias”… nada tan funesto como tus antojos que brotan detrás de infinitas máscaras y aparecen para justificar dolencias o sutiles egoísmos… la «mezquindad” acaba por enfermar tu voluntad y dejarte prisionero de la mentira, de la ilusión y del relato… la #rosasinporqué permanece alegremente fiel, su fidelidad nace de la gratuidad y no del estado del tiempo… ¿varías interiormente y en tus decisiones profundas según las circunstancias siempre mudables?, ¿cuál es la fuente de tu fidelidad?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 16,29-33)…