Perseverar en la senda comporta adentrarse en su secreto, en la senda que solamente tus pasos trazan

… perseverar en la senda comporta adentrarse en su secreto, en la senda que solamente tus pasos trazan… no se trata de otros caminos donde solamente cuenta la «imitación», se trata, en cambio, de la creación en la libertad, que es una experiencia siempre nueva y audaz… cuando tu corazón se abre y se despeja ese horizonte de la aurora indescriptible, percibes un llamado que no admite mengua alguna… entonces toda tu vida, todo lo «andado» en distintas rutas que parecían sin destino, adquiere su sentido y su admirable unidad y armonía… si reposas de verdad en la gratuidad descubres que nada ni nadie podrá detenerte jamás… no hay palabras para expresarlo, ni definiciones, ni tratados, nada hay que diga lo que sólo el corazón profundo vive dando gracia… el regalo de la gratuidad es dar las gracias cada vez más… ir, siempre, más adentro que la misma expresión de unión… porque ya hablar de «unión» es poner una «distancia»… en la gratuidad nada hay que separe, que divida… la #rosasinporqué es una por la gratuidad, no tiene divisiones ni partes, por eso no se preocupa tanto de las uniones sino de la unidad… ¿reconoces la diferencia entre “unión” y “unidad” y te esmeras proporcionalmente por ambas?, ¿cuáles son las divisiones que descubres en tu corazón y en tu vida?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 3,22-30)…