Has de volver, permanentemente, a la gratuidad, a la realidad profunda

… has de volver, permanentemente, a la gratuidad, a la realidad profunda… ¡es una constante conversión!… ¡son tantas las «cosas» que te distraen, que pretenden arrebatarte tu bien!… sin embargo, en la misma medida en que adhieres a la verdad profunda, a tu vida interior, puedes liberarte de lo que quiere apartarte o alejarte… parece que la «calamidad» es más fuerte, pero no, es mucho más débil… en suma depende de la perseverancia de tu adhesión… lo más hondo, lo más interior y viviente, no requiere diplomas, ni preparaciones, ni estructuras… requiere la apertura de tu corazón a su paisaje infinito, al Ser y a la vida que recibes incesantemente como don… estás donde en verdad eres, aunque los datos sean escasos, aunque todo parezca lejos… lo que se manifiesta lejano es lo más próximo y lo que está aparentemente aquí no más, es lo que permanentemente se va y acaba… lo que hace ruido pierde su sonido, antes o después… lo que calla, el abismo del silencio, es noticia presente de gratuidad, de eternidad… la #rosasinporqué vuelve permanentemente a su origen, a la gratuidad, y en ella encuentra toda la alegría, la paz y el sentido para comenzar el día… ¿te resistes a una conversión permanente como si ya estuvieras “hecho” del todo?, ¿aceptas que tus hermanos pueden convertirse a la verdad y al amor o descrees arrogantemente de esa posibilidad?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 1,14-20)…