¿Aún te preguntas por el sentido o por tu misión en este mundo?

… ¿aún te preguntas por el sentido o por tu misión en este mundo?… es verdad: esta cuestión viene y va, se renueva a pesar tuyo y no deja de tener una tonalidad angustiante cuando las respuestas no parecen conformar del todo… sueñas, sí, sueñas y deseas y ¡tantas veces! quisieras liberarte de tus sueños, de tus deseos, de esas tensiones que no te dejan en paz… pero seguís soñando y, lo que es peor, comienzas a comparar y a analizar: “¿será por aquí, será por allá?, ¿me equivoqué ayer, tropezaré mañana?”… quien vive, ¡desea!… esto es así, no te asustes ni temas tu deseo… pero no lo empequeñezcas, no lo mezquines con ilusiones o imágenes de dudoso nivel… no sueñes con convertirte en Julio César o Juan de los Palotes… es indudable que empresas y tareas las hay y merecen tu aplicación, pero ellas, ¡todas ellas!, se dan donde no las puedes registrar a tu antojo y donde no caben imitaciones ni máscaras… la vida se desarrolla interiormente y lo que parece lejano en las distancias de este mundo es inmediato y cercano en la hondura de tu corazón… ¿quién puede entrever, quién se atreve a adivinar los «secretos» de un alma?… porque es en la profundidad y soledad de esos valles, en los ríos caudalosos que descienden de esas sierras, donde se ganan los combate, donde se libran las verdaderas batallas… la #rosasinporqué no renuncia a sus sueños, la gratuidad la hace desear siempre más… ¿has renunciado o encogido tus sueños por mezquindad?, ¿te animas a seguir soñando a pesar de las adversidades de afuera y a las debilidades de adentro?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 16,15-18)…