Permanecer es mantenerse voluntariamente

… permanecer es mantenerse voluntariamente, estarse libremente… permanecer en lo bueno en lo malo, en lo verdadero o en lo falso, en lo bello o en lo feo, en el orden o en el desorden, en la justicia o en la injusticia, en la familia y los amigos o lejos de ella, de ellos… se trata de estar siempre en el lugar amado, sin importar la coyuntura, la circunstancia… se trata de estar siempre en el corazón… “permanezcan en mi amor”, es tu invitación, Señor… vivo de un lado a otro, voy y vengo, asciendo y desciendo, salgo ye entro… ¿cómo hacer, entonces, para permanecer, para ser fiel?… ¿debo quedarme quieto, anclado, soldado, atado, encadenado?… no, nada que ver… es el secreto del corazón arrebatado en el amado, en la amada… no te enamoras, ¡te enamoran!… te “roban” el corazón y no te quejas ni lamentas, y dejas que se lo lleven dónde sea, porque allí donde fuere, allí seguirás estando con él, con ella… ser “fiel” es «permanecer»… ¿es tan difícil?… ¡claro que no!… es «aprender» a estar en el amor, a permanecer con él y en él… «estar», es decir, “ser”… “permanecer en el amor” es vivir en “fidelidad enamorada”… la “rosa sin porqué” permanece en la gratuidad, por eso “es” y “está” siempre tan hermosa… ¿permaneces en tus amores?, ¿vives en fidelidad enamorada?… (con el Evangelio de hoy, San Juan 15,9-11)…