… ¿perder o ganar?, ¿bajar o subir?, ¿descender o ascender?… semejantes alternativas nunca han de ser las tuyas… por el contrario, tus caminos han de ser otros… ya lo sabes, las más de las veces, quien pierde gana y quien gana pierde, quien baja sube y quien sube baja, quien desciende asciende y quien asciende desciende… lo has experimentado así tantas veces… es que tu vida, asumida como vocación y misión, te lleva a un horizonte de transfiguración y de resurrección pasando por la desfiguración y la muerte… para ser hay que dejar de ser… pero no eres tú el que “deja” por elegir esto o aquello… es el Señor quien te eleva, cuando nada puedes, en sus propios brazos y te “levanta” hasta su Corazón… esta “elevación” inaudita comporta un misterioso “descenso”, que no puedes describir ni explicar… ¡tantas veces parece que pierdes, bajas o desciendes!… pero no pierdes nada, ¡ganas todo!… deja, pues, imágenes “porfiadas” y antojos menudos… en todo “abandono” el Señor te repite “hoy estarás Conmigo en el Paraíso”… la #rosasinporqué desciende a la altura de la gratuidad cada vez que se deja amar y llevar… ¿te dejas llevar por el Señor al Tabor de la oración para luego bajar al día a día de tu vida?, ¿estás viviendo la Cuaresma?… (con el Evangelio de hoy, San Marcos 9,2-10)…