Pascua

… Pascua,
paso de un Dios
que se queda
y hace querencia
en aquellos que lo aceptan…

… solo desde el Amor
brota el amor
que se queda,
y enlaza almas y cuerpos,
desde la primera luz
que se alumbra
en dos miradas sorprendidas…

… después nos recorre por dentro,
despierta sueños,
aligera cargas,
y, en cada paso,
insinúa una danza…

… los propios límites
irrumpen a destiempo,
con amenazas y lamentos,
pero el Amor que se queda,
disuelve el moho de las sombras
y construye ventanas de cristal
en los boquetes abiertos…

… el mañana desconocido
seduce y aterra,
pero el Amor engendra
hijos, hogares, sueños,
y los va gestando
en el silencio encarnado;
después los regala
en el tiempo maduro…

… el Amor verdadero es fiel,
no se quema en el instante,
no es espuma que desaparece;
en las ausencias y distancias
estira su presencia…

… el Amor fiel es
pastor y puerta,
se viste de fiesta y dice:
solo, siempre, todo, nada;
la alianza de dos vidas
será posible y cierta
si hunde sus raíces
donde el más grande Amor
ilumina la mirada…

… pasa el Amor,
para quedarse,
y hacer querencia,
pastor, puerta…

“… ‘Yo soy la puerta;
el que entra por mí se salvará,
podrá entrar y salir,
y encontrará su alimento’…” (Juan 10,9)

(… la “rosa sin por qué” se sabe pastora y puerta de la gratuidad… con el Evangelio de hoy, San Juan 10,1-10…)