… para que las flores despierten en ti esa capacidad de asombro… para que los rostros que evitas pierdan esa solemnidad de pompas de jabón… para que este dolor que te invade, que se alza desde tu pecho hasta la luna, encuentre la cicatriz precisa… para que esto y aquello no te vuelva añicos, debe tu corazón latir al ritmo de la gratuidad… admira a las abejas, pero no las envidies, porque jamás conocerán los mares… al que algo quiere, algo le cuesta… merece la pena rescatar el valor que tiene que luches por lo que crees, amas y deseas, aunque a veces te cueste, y mucho… la vida no es estar indolente viendo el tiempo pasar… merece la pena apostar por algo y, en tiempos de cuesta arriba, es vital que no te olvides de los “motivos”… por qué estás en camino, qué te ilusiona, qué te enamora… crecer es ir tomando decisiones, es ir haciendo elecciones… haz de la vida verdaderamente “tu” vida… todos necesitan referencias, guías, ayuda, que se encuentran en otros y, ¡ojalá!, en Dios… nadie puede hacer “tus cosas”… nadie puede respirar o alimentarse por vos, nadie puede vivir por vos, nadie puede soñar ni amar por vos… si no asumes la gratuidad por ti mismo, nadie lo hará por ti… la #rosasinporqué es signo que te despierta a la gratuidad, pero eres tu quien debe descubrirla y abrazarla… ¿tienes en tu vida un horizonte digno?, ¿sigues buscando signos cuando la gratuidad te ofrece todo y más?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 12,38-42)…