¿Orar?, ¿tiene sentido, hoy, la oración?

… ¿orar?, ¿tiene sentido, hoy, la oración?, ¿un corazón que ora o unos labios que se mueven?… amigo y amiga de la rosa, no imaginarás jamás lo que comporta la mirada y la «atención» de Dios para contigo y para con cada uno… es una «venida» tan profunda y tan «vital»… ha tomado tan en serio tu vida, es el secreto más real y más hondo de todas las cosas y de ti mismo… ¡Él es pura presencia!… ¿permanecer en silencio?… si, en el silencio y en el no-silencio… más allá e infinitamente más aquí… ¿se da, entonces, un diálogo?… ¿qué es un diálogo?… no hay calificaciones ni «nombres» que valgan, porque lo inferior no llega a expresar lo más alto y trascendente… en lo profundo, en el «fondo del alma», sabes que acontece un misterio… que tu alegría y tu gozo Le den esa bienvenida que tampoco puedes expresar con simples palabras… ¡Dios mismo es tu oración!… aprende a callar y a guardar celosamente lo mejor en lo secreto del corazón… que nunca deja de ser sublime eso que guardas, por hallarse escondido y celado a cualquier curiosidad vana, a cualquier aplauso o a cualquier publicidad… lo que vale, vale a los ojos de Dios… Él alegra tus horas y tus días con singular presencia y júbilo… ¡es tu vida!… persevera, pues, y no deje tu corazón de latir, no dejes de respirar… la “rosa sin porqué” cada mañana muestra en silencio la belleza de la gratuidad, sin aplausos ni propagandas… ¿perseveras en la presencia de quienes amas y de Quien totalmente te da el ser?, ¿sabes orar con los latidos de tu corazón?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 18.1-8)…