Nunca se esconde la luz, ¿lo dudas?

… nunca se esconde la luz, ¿lo dudas?… cada vez más se manifiesta, y tu aguardas la hora que aún no llega… ¿por qué?, ¿por qué tardas tanto, luz esquiva, en estas jornadas de dolor?, ¿qué misterio escondes y te afirmas en guardarlo, sin más?… se percibe el susurro de lo que adviene y no alcanzas a percatarte por entero… quisieras labrar en aquellas noches una certeza imperecedera que dejara su sello, imposible de olvidar… ¿un sello imperecedero?, ¿qué es eso?, ¿qué sello, qué signo, que no acabas de soñar?… tal vez sea la hora del silencio que no conviene a los profanadores de turno, ni de hoy, ni de mañana… ve a la gratuidad sin apresuramientos ni dudas… el Señor ya llega, no te hará esperar demasiado… ¡qué inmenso horizonte!, siempre abierto hacia lo alto, alejado de materialismos secos y de ilusiones… no, no quieres fantasías ni pequeños o grandes ídolos… buscas al Niño nacido en Belén, que carece de imagen grabada o de fotografías caprichosas, o de musiquillas y «propagandas» deslucidas, llenas de ocurrencias y de disfraces… buscas al Pequeño olvidado en la Noche, en la quietud, en el silencio la #rosasinporqué acepta con paciencia la noche sin luz, y aguarda con confiada esperanza agradecida la aurora que anticipa la luz del amanecer… ¿las dudas te dejan mudo y ciego o te llevan a buscar la palabra y su luz?, ¿esperas la Navidad?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,5-25)…