… ¿“aceptar”, así no más?… ¿quién es capaz de confiar tanto para abandonarse totalmente?, ¿quién?… ¿o hay que abandonarse antes para confiar totalmente?… mil veces preguntas y te planteas tu impotencia ante lo que te suena difícil o imposible… ¿imposible para quién?… y acabas meditaciones y reflexiones con un gesto de perplejidad, diciéndote: “¡no puede ser!”… y la ansiada respuesta o el sentido de lo que ocurre, con la solución deseada, escapa a tu alcance… ¿entonces?… es urgente que te convenzas que la realidad no es lo que aparece “a primera vista”… las dimensiones mayores de hechos y de acontecimientos quedan veladas o simplemente escondidas detrás de lo que ves o sientes… es que la “aceptación” no es de la cabeza, sino del corazón… la inteligencia comprende y, después acepta… el amor acepta y, después, comprende… la #rosasinporqué acepta primero para luego comprender, por eso puede abandonarse totalmente para totalmente confiar… ¿aceptas ser amado gratuitamente o buscas que te amen por algo que posees o haces?, ¿aceptas los regalos que Dios te envía a diario?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 1,26-38)…