¡Nunca dejas la indigencia, nunca dejas de ser pobre!

… “caminante peregrino”, el desierto, el mar, los paisajes ricos en horizontes infinitos, te circundan en la realidad más honda… porque todos ellos te dicen algo de la interioridad de tu ermita, de tu corazón, que no tiene confines… pero cuando el asalto de ambientes y situaciones, cuando la angustia de los días se hace patente… entonces te parece perder la dimensión vital y caer en ese subsuelo que aplasta y ahoga… ¿qué hacer?…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, entonces levantas tu mirada a lo alto… aguardas la benevolencia de Dios tu Padre… Su compasión, Su ayuda… para salir del apretujón, para proteger tu salud y tu vida… y, ¿qué ocurre?… es frecuente que Dios calle y tu lamentes Su “ausencia”… es frecuente que busques explicaciones de cualquier índole con tal de superar tu impotencia… en definitiva, ¡no encuentras alivio!… el alivio que suponías tan fácil para Quien todo lo puede…

… ¿por qué pasa esto?… una primera y modesta respuesta: porque nunca sales de tu paisaje de indigencia, y nunca dejas de ser lo que eres, o quién eres, ¡un pobre!… una segunda respuesta: porque tu mirada a lo alto no es acertada… te vuelves a un Dios “enojado” y “mediado”, lejano en definitiva, a través de las “miradas” y los “rostros” de “otros”… seguramente muñidos de los poderes y estilos del mundo, “señores” que pretenden identificarse con lo divino y cerrarte las puertas de la paz…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, dejas de lado a esos “señores”, aunque vistan de lujo y empuñen bastones de mando… vas a Dios directamente y descubres su inimaginable Intimidad… tu Señor sabe de tu cansancio, de tu hambre, Él te hace sentar sobre la pradera como el pastor a las ovejas… El se ocupa de multiplicar lo poco suficiente para que todo quede satisfecho… Él, en verdad., te ama y te cuida… desayuna y matea con la Verdad en el “pan del día”… (Mateo 15,28-37: “… no quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer… ”)…